El Rif es una región montañosa en el norte de Marruecos, aislada y desfavorecida. Los bereberes han sido los pobladores tradicionales de esa zona, hasta la fecha de hoy. En 710 Salih I ibn Mansur fundó el Reino de Nekor en el Rif. Duró hasta 1019. La colonización árabe -siglo VII- supuso arabizar su cultura y la llegada del islam.
De 1912 a 1956 fue protectorado español. Los rifeños obtuvieron una gran victoria sobre los españoles en la Batalla de Annual (1921), lo que derivó en una breve independencia (1921-1926). En 1956 llegó la independencia definitiva, pero también el retorno a Marruecos, al que, contra su voluntad, pertenecieron por siglos.
El rey Hassan II de Marruecos condenó al Rif al ostracismo político, al etnocidio lingüístico y cultural, para tratar de asimilarlo y hacer olvidar su historia. Pese a ello, todavía existen muchos rifeños puros, apegados a sus raíces, que apenas han sido alterados por los colonos franceses, españoles y marroquíes en todo este tiempo.
Rif es una palabra árabe que quiere decir orilla o margen. Y es que el país tiene excelentes playas y un inmenso potencial turístico desaprovechado. Allí es legal el cultivo del quif o cannabis, pero no transformarlo en hachís ni el narcotráfico. Es una zona pobre y abandonada por el Gobierno, que malvive del pastoreo y la droga.
Muchos rifeños tienen aspecto europeo, con piel, pelo y ojos claros. Se dividen en tribus llamadas cabilas. Practican el islam suní y tienen un idioma propio, el rifeño, que es una lengua bereber. También se habla árabe, francés y español. La marginación persiste pero ahora al menos se permite aprender el rifeño en la escuela.
Cabe aclarar que no debemos confundir la región política de Rif -de la cual hablamos- con las montañas del Rif, una región geográfica mayor que cuenta con el mismo nombre. El Rif político comprende cinco provincias marroquíes (Alhuceima, Nador, Driouch, Berkane y Taza) y reclama la ciudad española de Melilla.
